Sunday, January 28, 2024

Lento de palabra


Últimamente, he estado reflexionando sobre cómo será mi vejez. Me he imaginado como un tipo alto, delgado y reservado, pero hace poco descubrí que mi naturaleza no es de "pocas palabras", más bien soy "lento de palabra".

Aunque ambos términos parecen similares, en realidad son muy distintos. Las personas de pocas palabras pueden no decir mucho, mientras que aquellos que son lentos de palabra simplemente piensan cuidadosamente antes de hablar.

Siempre he admirado esta cualidad en las personas que la poseen, junto con su tono tranquilo y suave. Aunque mi propio tono y palabras me han dado muchas satisfacciones, he llegado a un punto en el que me resulta difícil frenar la avalancha de palabras que salen de mí.

Recientemente, escuchando al pastor Rick Warren, descubrí que Jesús era un hombre de palabras pausadas y un caminar seguro. No me lo puedo imaginar con un tono agresivo o apresurado. Su serenidad y tranquilidad deben haber sido parte de su grandeza.

Creo firmemente que ser lento de palabra puede ayudarme a ser lento de pensamiento, y de esta forma, intentar vivir como Jesús. Después de todo, ¿no pasó tres días caminando apenas tres millas?

Aunque la prisa a veces es inevitable, el andar, pensar y hablar despacio son aún más valiosos. Tanto en los momentos de aflicción como en los de alegría, es importante tomarse las cosas con calma y permitir que la vida fluya, disfrutando de sus bondades.

Saturday, January 27, 2024

Tengo casi 41 años.

 

Dentro de poco llego a 41 años, mirando los últimos 40, creo que me ha ido bien. Esto de madurar y entrar de lleno a una nueva década es un poco raro, ya no son los mismos intereses, la lista de personas a quien llamar para hablar o lugares donde ir se han vuelto escasos.

A punto de cumplir 41 años, reflexiono sobre las cuatro décadas que quedan atrás y me doy cuenta de que he recorrido un camino que, en su mayoría, me ha llevado a buen puerto. Entrar en esta nueva década es como abrir una puerta a un territorio desconocido; los intereses cambian, la lista de amigos con quienes compartir inquietudes se reduce y los lugares que solíamos frecuentar parecen haber quedado atrás en el tiempo.

Desde hace mucho, visualicé cómo quería que fuera mi vida laboral y, con esfuerzo y dedicación, he logrado materializar esas visiones. Ahora, sin embargo, me encuentro reflexionando sobre una nueva meta: vivir de algo que no requiera mi tiempo y energía constantes. Sí, suena un tanto utópico, pero ¿por qué no aspirar a recibir ingresos pasivos, como los royalties de un disco exitoso que llegan de manera periódica y resuelven tus problemas financieros?

Recuerdo la historia de un músico joven de los años 70 que logró algo similar: creó canciones que se convirtieron en éxitos atemporales y le han proporcionado un sustento a lo largo de los años, permitiéndole retirarse tempranamente y vivir de sus creaciones. ¿Por qué no seguir un camino similar? La pregunta sigue en el aire, esperando ser respondida con una idea innovadora y valiosa.

Volviendo al presente, puedo decir con orgullo que he sabido aprovechar las oportunidades que la sociedad y sus avances me han brindado. Con casi 15 años de matrimonio a cuestas, la experiencia de haber enfrentado el fracaso de un negocio propio, haber trabajado en diversas empresas (una de las cuales cerró sus puertas), haber criado dos hijos y haber sobrevivido a una pandemia que parecía destinada a acabar con todo, puedo afirmar con convicción: "Hemos hecho un buen trabajo".

Lento de palabra

Últimamente, he estado reflexionando sobre cómo será mi vejez. Me he imaginado como un tipo alto, delgado y reservado, pero hace poco descub...